-cultura-
La cultura de Japón es el resultado de un proceso histórico
que comenzó con las olas inmigratorias originarias del continente asiático y de
las islas del océano Pacífico, seguido por una fuerte influencia cultural
proveniente de China. Posteriormente, el shogunato Tokugawa instauró a mediados
del siglo XVII un largo periodo de aislamiento con el resto del mundo (sakoku)
que se prolongó hasta el comienzo de la Era Meiji, a finales del siglo XIX,
cuando recibió una inmensa influencia extranjera que se acrecentó tras el fin
de la Segunda Guerra Mundial. Esto en efecto dio como resultado una cultura
distinta a otras culturas asiáticas.
En Japón, las interrelaciones personales están muy
influenciadas por las ideas de «deber», «honor» y «obligación», conjunto
conocido como giri, y que
representa una costumbre diferente a la cultura individualista de las naciones occidentales.
Las concepciones de «conductas deseables» y «moralidad» son menos practicadas
en situaciones familiares, escolares y de amistad; sin embargo, se observa una
práctica más formal frente a superiores o gente desconocida.
Un aspecto que ha tenido un rol significante en la cultura
japonesa es el idioma japonés. También se practica el nemawashi, que se refiere
a la preparación cuidadosa y seria de un proyecto, que refleja la armonía
aceptada y respetada dentro de la cultura japonesa.
Por otro lado, los japoneses poseen un sentido del humor
intrincado y complicado, que se refleja mucho en la cultura, la ética, el
idioma y la religión, y que a veces es considerado como muy difícil de
interpretar por otras culturas.
IDIOMA
Un gran porcentaje de la población del país (alrededor de 127
millones de personas) hablan el idioma japonés, que constituye actualmente el
noveno idioma más hablado en el mundo, por lo que, al comprender el idioma,
también se comprendería una gran parte de la cultura del país.25 Este idioma y
sus dialectos locales están muy relacionados con las lenguas ryukyuenses,
habladas en las Islas Ryukyu, al sur del país, y que conglomeran la familia de
lenguas japónicas. Aun así, existen teorías que consideran al japonés como una
lengua aislada o que está conectada con la familia de lenguas uro-altaicas o
con las lenguas austronesias del Pacífico.
El idioma japonés es una lengua aglutinante que posee un
sistema de escritura complejo, con tres tipos de glifos: los caracteres chinos,
llamados kanji, que fueron introducidos en el siglo V desde China; y dos
silabarios: hiragana y katakana, creados en Japón en el siglo IX. También se
utiliza el alfabeto latino, pero en pocas ocasiones.
El vocabulario del japonés está basado en palabras autóctonas
del japonés, llamadas wago, y voces derivadas del chino, llamadas kango. Sin
embargo, el japonés ha tenido préstamos de palabras de otros idiomas, sobre
todo europeos, llamados gairaigo; en su mayor parte, provienen del inglés, y
también del portugués, del francés, del neerlandés, del alemán y del ruso. A su
vez, el idioma japonés ha brindado palabras a otros idiomas; términos de origen
japonés usados en español son futón, kamikaze, karaoke, kimono, samurái,
sensei, sushi y tsunami, entre otros.
GASTRONOMÍA
La gastronomía japonesa posee un largo pasado culinario que
se ha desarrollado en una gastronomía sofisticada, refinada y especializada
para cada estación. Es similar a la gastronomía china con respecto a los
alimentos básicos, que están basados en cinco alimentos ricos en carbohidratos:
arroz, trigo y avena, frijol y mijo común. Los platos, conocidos como okazu,
tienen la función de dar sabor a la comida principal, y por lo general son
salados.
Una comida japonesa estándar siempre consiste de una taza de
arroz japonés, y de acompañamiento tsukemono (encurtido), que es una taza de
sopa y una variedad de platos con pescado, carne, vegetales, etc. Otros
alimentos principales son los fideos japoneses tales como el soba, udon, ramen,
entre otros. Un último componente que es shushaku es el pan japonés, sobre todo
el anpan (pan dulce relleno con pasta de azuki).
Entre los okazu más conocidos están: el agemono, que son alimentos
fritos; el yakimono, alimentos con pan frito o en parrilla; el nabemono,
alimentos servidos "al vapor"; el nimono, que son estofados; y el
itamemono, que son comidas revueltas.
El sashimi, que es marisco cortado en rodajas (okazu) posee
diferentes variedades como: los suimono y shirumono, que son sopas como la sopa
de miso; las picadas y comidas saladas como el tsukemono, los encurtidos, el
ikura (hueva de salmón), etc.; el natto, soya fermentada; y el chinmi, comidas
regionales.
Acompañando al okazu existen otros elementos dentro de la
gastronomía japonesa. Los dulces y aperitivos más conocidos son los wagashi. También
están: el anmitsu, el postre más conocido del país; el kakigori, hielo
saborizado bien picado; el kompeitō, un confite japonés; el pan de melón, entre
otros.
En cuanto a las bebidas tradicionales, el té verde tiene
predominio en las bebidas no alcohólicas. Con respecto a las bebidas
alcohólicas, se destacan el sake, el shōchū, el awamori y el umeshu.
ARQUITECTURA
El material de construcción utilizado tradicionalmente en
Japón ha sido la madera. Las columnas de madera se han utilizado como
estructuras de carga, lo que ha permitido una estructura interior flexible con
paredes ligeras y móviles y una mejor resistencia a los terremotos. La
decoración en la arquitectura tradicional más pura no es muy popular. Los
rasgos característicos de los edificios han sido la fuerte rectangularidad y la
posición dominante del techo, generalmente el techo, como elemento visual.
La arquitectura japonesa ha sido particularmente influenciada
por la arquitectura china, que es más ornamentada que la arquitectura japonesa.
El lenguaje de diseño chino es más fuerte en la arquitectura budista, que
comenzó con la llegada de la religión en el siglo V. Los primeros complejos de
edificios budistas significativos incluyen el área de templos budistas más
antigua de Japón, Hōryū-ji de principios del siglo VI y Tōdai-ji del
siglo VII. Sin embargo, incluso en los templos budistas, la arquitectura, como
el diseño de los edificios, se modificó para adaptarse a los gustos japoneses. Sus
unidades básicas son un edificio de madera con techo con vista a los pilares y
un arco torii. Desde el período Heian, la arquitectura japonesa, como muchas
otras formas de arte, se ha dividido en estilos chinos y japoneses:
arquitectura pública con influencia china y una arquitectura residencial más
informal, de estilo japonés.
A medida que Japón se modernizó en la segunda mitad del siglo
XIX, el país adoptó una tradición arquitectónica occidental. El predominio de
la arquitectura pasó de ser maestros carpinteros a ser asesores de ingeniería y
de arquitectura estatales a europeas. La nueva arquitectura japonesa moderna se
manifestó, por ejemplo, en la reconstrucción del área de Tokyo Ginza dirigida
por Thomas Waters en la década de 1870, que marcó el comienzo de la era del uso
del ladrillo rojo pero también marcó el declive de las habilidades de
construcción tradicionales.








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